La posición de Japón en la región del este de Asia y sus intereses económicos-militares frente a sus relaciones con China y Estados Unidos (2001-2015)

Abstract

La situación de Japón en el este de Asia y en el mundo se ha transformado radicalmente desde la época posterior a la Segunda Guerra Mundial: pasó de ser uno de los países más devastados por la guerra a convertirse en la segunda economía global, proceso facilitado por su relación especial con los Estados Unidos en términos económicos y militares. No obstante, la posguerra fría trajo consigo nuevos retos para la seguridad nipona, sobresaliendo de entre ellos la amenaza nuclear norcoreana y del llamado “ascenso de China”, el cual ha convertido a este último en un país cada vez más importante en términos económicos y militares. La situación se volvía cada vez más compleja, ya que las crecientes tensiones políticas se conjugaban con una interdependencia económica cada vez más profunda y compleja. Dadas estas cuestiones, ¿cuál era la posición que tiene Japón en Asia oriental, dadas sus relaciones con China y Estados Unidos y tomando en cuenta la influencia de éstos en la región? La hipótesis planteada fue que, dado el papel de China y de Estados Unidos, Japón tenía una posición de liderazgo proactivo en la región de Asia-Pacífico que apostaba por el multilateralismo y la estabilización, fortaleciendo las redes de interdependencia tanto económicas como de cooperación en materia de seguridad, a fin de fungir como co-artífice del orden regional con los otros dos líderes y lograr cumplir a su vez con sus propios objetivos. En la tesis se realiza un abordaje histórico de la posición de Japón en el este de Asia, enfocándose en las dimensiones económica y militar. En cuanto al primer aspecto, la economía japonesa desarrolló una fuerte vinculación hacia el exterior, situación en la cual el este de Asia juega un papel esencial. Japón, a través del comercio, las redes de producción regionales y globales, la inversión y la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) mantiene una importante presencia y continúa ejerciendo una posición de liderazgo en una región que representa, además, una de sus rutas comerciales clave. No obstante, la influencia económica de China ha sido también creciente, tanto como competidor como de socio comercial. El rubro de la seguridad japonesa ha cambiado drásticamente, dando un giro de 180 grados si contrastamos la marginalidad que el asunto tenía en la Doctrina Yoshida con la importancia que ha adquirido en la estrategia de Pacifismo Proactivo de Shinzo Abe. La relación con los Estados Unidos permanece como piedra angular en las estrategias de seguridad niponas, y las reinterpretaciones que ha llevado a cabo en los últimos años le permiten fortalecer las capacidades de sus aliados y así colaborar con el reforzamiento de la seguridad en el este de Asia. Se concluye que Japón continúa jugando un liderazgo compartido con China y Estados Unidos en la región del este de Asia y que efectivamente es un impulsor del multilateralismo, como lo comprueba su compromiso por apoyar a la seguridad colectiva y por crear mecanismos de integración como el RCEP y el TPP. Sin embargo, su posición es todavía un tanto ambigua: aunque el comercio, la inversión, la AOD y la cooperación (incluyendo la cooperación militar) lo han ido posicionando cada vez mejor entre sus vecinos, la reticente memoria histórica y la desconfianza que generan la posible reforma a la Constitución nipona y el rearme evitan que pueda jugar un rol más activo en la región, y el lento crecimiento económico impide que ejerza mayor protagonismo en el rubro económico. Además, el mayor o menor liderazgo que Japón pueda ejercer se ve relativizado en términos de las acciones y reacciones que Estados Unidos y China en los años venideros.