Estamos rodeados de violencia.

Abstract

La presente investigación tiene como punto fundamental el aportar elementos pertinentes que coadyuven en la comprensión, análisis y estudio de la violencia en los grupos familiares. Cuestión que, tanto en la teoría como en la práctica parecen una empresa complicada de consumar debido a la complejidad de factores que intervienen en la aparición de la violencia. La violencia es un fenómeno con una complejidad particular, ya que puede ser observada en, prácticamente, todas y cada una de las dimensiones que componen el ámbito de lo social. Asimismo, las formas en que se instrumentaliza es igual de variada. En la práctica, puede presentarse desde las maneras más sutiles que pudiéramos imaginar, hasta aquellas que resultan como escenarios salidos de una película de terror bien estructurada. Razón por la cual, realizar una delimitación del alcance que la violencia puede llegar a adquirir en la vida de los individuos resulta igual de complicado. La violencia se encuentra tan diversificada que apuntar hacia un sector específico para su análisis y estudio puede alejarnos, o quizá, acercarnos hacia determinados aspectos de la misma, aunque esto pudiera afectar en la profundidad que habremos de alcanzar en el análisis y comprensión del fenómeno. A partir de estas consideraciones, creo que centrar la mirada en los grupos familiares podrá permitirnos profundizar en el estudio de la violencia, sin dejar de lado las diversas dimensiones y factores que intervienen en su proceso de estructuración y reproducción desde las instituciones y hasta los individuos. Así, desde los grupos familiares se podrá acceder a los cómo de la violencia para comenzar a desenmarañar su rutinización en la sociedad actual. Los grupos familiares se establecen como una puerta que nos permite visualizar desde un mismo lugar, las relaciones y las interacciones que surgen y acontecen entre estructuras e individuos. Lo cual permitirá comprender cómo es que la violencia logra traspasar los límites entre los diferentes espacios que componen la realidad social. Siendo entonces, los grupos familiares, un interconector entre los aspectos y factores externos e internos, tanto de las instituciones como de los individuos. Centrar la mirada en ellos amplia la capacidad de análisis que, sobre un fenómeno como lo es la violencia, se puede llegar a hacer. Los grupos familiares representan entonces, un puente entre aquello que se ha denominado como público y privado. Son, por decirlo así, el lugar donde estas dimensiones convergen.